Diario de un mundo 3 – Diciembre 2022

¡Hola!

Tercera entrega de este diario mensual.

Parece que me he acostumbrado a escribir estos diarios a mediados de mes, por lo que podría decirse que corresponden a la segunda mitad de un mes y a la primera del siguiente. En fin, cuando coincide que puedo tomarme un momento para escribir aquí.

Sea como sea, este es ya el tercer diario mensual y último del primer año de esta página web. Me hace bastante ilusión ir haciéndolos. No sé si alguien los leerá, ahora o en el futuro, pero al menos quedan como un registro y me sirven a mí, como ya he dicho otras veces, para ordenar las ideas e ir viendo cómo voy avanzando en este mundo.

Estas semanas han seguido siendo complicadas a nivel personal, y eso me ha dejado muy poquito tiempo para dedicarlo a escribir. Sin embargo, aprovechando las horas muertas de un viaje y algunos ratos libres perdidos, me he centrado y, superando las dudas que comenté en el diario anterior, finalmente he decidido abordar la historia que mencioné. Para ello, he reunido a un reducido grupo de amigos íntimos a los que les he planteado ser lectores «alfa»; es decir, que les voy pasando cada capítulo según lo termino y me van comentando qué les parece el proyecto en marcha.

Esta cuestión tiene sus riesgos, creo. Por lo que sé, es muy habitual (yo diría que casi generalizado) la petición de lectores beta para leer y revisar una obra una vez se ha terminado el primer borrador, pero no tanto el tema de los lectores alfa (que no sé si se llaman así, pero me pareció que utilizar ese término tiene bastante sentido). Supongo que preocupa que puedan influir demasiado en el autor a medida que escribe su obra, que este se vea condicionado por sus opiniones (que no por las correcciones) y termine armando algo diferente a lo que había imaginado.

Yo soy consciente de ello, y por eso mi grupo de lectores alfa no llega a cinco personas y son de mucha confianza. Gente que sé que me conoce y que tiene una idea más o menos clara de cómo soy y cómo escribo. No es la primera vez que lo hago y no tengo la sensación de que me haya ido mal. Es más, los lectores alfa pueden ofrecer puntos de vista al autor que este no ha tenido en cuenta, a tiempo para integrarlos en la historia sin tener que rehacerla por completo. Como en todo, la gracia está en alcanzar el término medio entre la aportación de ideas y el condicionamiento.

En cualquier caso, aunque por fuerza he de ir despacio en la escritura, me he sentido muy bien a medida que iba tecleando palabras y las escenas iban surgiendo línea tras línea. Estoy muy contento por fin de haberme puesto a ello.

Por ahora, he escrito un Prólogo de unas seis páginas (3500 palabras para quien prefiera contarlo así). ¿Plazos estimados? Pues de 2023 en adelante, a saber, la cosa es que el cimiento está puesto. Ahora solo toca armar la casa.

Un saludo.

J. R. Kenja


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