¡Hola!
Segunda entrada de este diario mensual.
Este mes largo desde que publiqué la anterior entrada ha sido complejo, y apenas he podido dedicar tiempo a este mundo. Especialmente lo que llevamos de Noviembre está siendo muy complicado, salpicado de temas legales, informáticos y de salud. Vamos, toda una fiesta.
Pero sí que puedo comentar alguna novedad que pueda ser interesante para quien lea estos diarios.
Ya comenté que estaba centrado principalmente en el desarrollo y puesta en orden de todo el trasfondo, eso que presenté en la entrada previa como Crónicas. Más allá de estas, hay una selección de historias que ocurren a lo largo de la historia de este mundo en las que siempre he tenido interés en profundizar, más allá de la narración principal que me gustaría desarrollar una vez termine todo el trasfondo.
De estas historias complementarias, una está escrita en una versión que es necesario revisar, ya que con los cambios que he hecho en el trasfondo en los últimos tiempos es posible que haya algunas contradicciones. Otras están solo esbozadas, pero hay una en concreto que comencé a escribir con mayor dedicación, pero que quedó en un par de borradores de varios capítulos.
Pues bien, a mediados de octubre llegué al momento histórico del trasfondo en que sucede esa historia, y para no saturarme, decidí cambiar un poco y dedicarle un tiempo a la narrativa, así que he empezado a ordenar todo lo que tengo sobre esa historia y a tratar de ponerlo en claro.
Por desgracia, he tenido que parar unas tres semanas por las cuestiones que he mencionado al principio, así que al tratar de retomarlo ahora me veo un poco sin motivación. No voy a desechar lo que he ordenado, pero es probable que retome de nuevo la labor de elaborar el trasfondo. Si me apetece, regresaré a esa historia e iré avanzando en ella. Se trata de una novela cuyo planteamiento siempre me ha gustado mucho, así que tampoco voy a abandonarla.
En cualquier caso… esta entrada sirve para poner de manifiesto lo difícil que es, según las circunstancias de cada momento, dedicar tiempo a escribir cuando tienes otro trabajo, y concretamente uno con un horario tan voluble y una carga de labores en casa tan ingente como el mío. Más aún cuando se te juntan en un corto periodo un montón de vicisitudes que hay que afrontar. Es muy difícil tratar de hacerse un horario para escribir, o lo que es peor, poder sacar tiempo de relax para buscar inspiración y reflexión, que son vitales para el proceso creativo.
Aun así, sigo adelante, tratando de que estos diarios me sirvan para dar cuenta de que, al menos mensualmente, esto avanza.
Un saludo.
J. R. Kenja
Deja una respuesta